Actualidad

La COVID-19

Por Beatriz Nannini

En estos días la Real Academia Española le cambió el género al virus; desde ahora será la y no él, para esta palabra que salió de los ámbitos estrictamente científicos para conocerse de un modo disruptivo en la cotidianidad del planeta.

Si hay algo que rápidamente dispara, en la subjetividad colectiva e individual, un evento de esta magnitud, una pandemia altamente contagiosa, es la sensación de vulnerabilidad que conecta con el desamparo originario y la angustia. Es indisociable a esto las manifestaciones de miedo, paranoia, segregación, negación, para nombrar algunos de los que puede ir percibiendo rápidamente en mí entorno, en mi ciudad.

Nada más preciso para designar este momento ue la expresión de Ricardo Seldes “ataque de pánico generalizado en el mundo”; si antes se asociaba al modo de vida vertiginoso y sobresaltado ahora se puede decir que se agrega la sensación de incertidumbre ya que la ciencia que nos tenía acostumbrados a ser la portadora de un saber en lo real, no tiene la fórmula aún; o sea, la covid-19 es ahora, un indescifrable, (no sé si decir, de la naturaleza pues no es un ser vivo, pero necesita de él), que amenaza nuestras vidas.

El psicoanálisis leerá lo disruptivo de la pandemia en el sufrimiento subjetivo, en los síntomas que insisten en cada particular, algunos asociados al encierro, otros a la distancia, otros a desobedecer las normas impuestas en este estado de excepción, otros a la relación con su cuerpo: “cuando el cuerpo se vuelve una amenaza” (González Taboas, 2020), otros a la presencia de la ausencia. No hay modo de evitarlo, el agujero se presentificó bajo el modo de una pandemia. Cada uno le nombrará a su manera, si esto ocurre algo ganado a lo traumático se habrá producido.

Todo indica una ruptura en el orden del tiempo, y de las vidas. El de la vida cotidiana primero, la economía también. Nuestro presidente ayer nos dijo “es un falso dilema plantear primero la vida o la economía”, la vida de los sujetos es la prioridad en nuestro país para nuestros gobernantes, esto es mucho si nos ponemos en el lugar de otros países como nuestro vecino Brasil. Su presidente minimizaba la pandemia a “una gripecita”, o Boris Johnson que hace unos días les decía a los londinenses que era inevitable que algunos de sus familiares iban a morir. Cómo cambia nuestro ánimo, tan atacado en estos días, escuchar discursos tan contrastantes, ni hablar de las acciones que estos lineamientos políticos conllevan, cuando en algunos países se toman medidas preventivas para salvar vidas, en otros vemos que las vidas se apagan a centenares, que no pueden velar a sus familiares, que tienen vedado ese ceremonial tan profundamente humano de despedida.

Hasta que la ciencia y la técnica puedan encontrar esa fórmula que pueda escribirse para cesar de insistir insensiblemente sobre nuestros cuerpos, la humanidad deberá aferrarse a los actos de fe, siempre religiosos porque son siempre del orden discursivo en tanto dan sentido. Por eso, tomo prestado de un colega argentino que reside actualmente en Italia, la expresión El covid-19 entra en escena o a propósito de las (in)certezas, juega el título con esa ambigüedad. El triunfo de la religión ante un inexorable?.

Para algunos si, para otros que hemos hecho la experiencia de un análisis podemos tal vez decir un encuentro contingente con lo real que ojalá nos facilite una solución más del lado de la invención que de la religión, y donde el deseo del analista, operador estructural en nuestra praxis, pueda hacer advenir del acontecimiento un discurso singular, en cada analizante y en cada instancia donde el discurso analítico  existe.

Notas

  1. Ignacio Pais, conversación titulada “La covid-19 entra en escena, o a propósito de las (in) certezas”. 25/04/2020. Venado Tuerto- Padua. Conversación virtual.

Referencias:

Carmen González Táboas. Coronavirus: “La ley de la naturaleza y lo real sin ley”. Crónicas XXI.  Grama Ediciones. 2020.