Actualidad

Pulsión y energía eléctrica… una analogía posible

Por Jorge Bartoli

El objetivo del presente trabajo es realizar un breve recorrido del concepto de pulsión, noción fundamental para el psicoanálisis, tanto en la obra de Freud como en la enseñanza de Lacan, hasta poder arribar al concepto de goce.

Dada mi formación profesional, proveniente en un principio de la Ingeniería dominada por las denominadas “ciencias duras”, intentaré abordar la pulsión con una mirada puesta en cierta analogía presente, a mi entender, con la energía eléctrica para, de esta manera, generar un (nuevo…?) aporte al entendimiento conceptual.

 

Concepto de pulsión desde Freud:

El concepto de pulsión es uno de los conceptos de la metapsicología freudiana. Freud parte abordando el tema en su texto Proyecto de una Psicología para Neurólogos.

Ahora… Cómo definir a la pulsión…? Para ello recurriré a cierta articulación entre el recorrido de la pulsión y el circuito de la energía eléctrica.

La pulsión se define como un concepto fronterizo ente lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico.
Los términos que se usan en relación con el concepto de pulsión son: fuente, objeto, fuerza y meta.

 


 

Por fuente de la pulsión se entiende a aquel proceso somático interior a un órgano o a una parte del cuerpo cuyo estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión. No se sabe si ese proceso es por regla general de naturaleza química o también puede corresponder al desprendimiento de otras fuerzas, mecánicas por ejemplo.

La meta de una pulsión es, en todos los casos, la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelado el estado de estimulación en la fuente de la pulsión.

Por fuerza de una pulsión se entiende su factor motor. La suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa. El carácter forzante es una propiedad universal de las pulsiones o su esencia misma.

El objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable en la pulsión.

 

La energía eléctrica, hoy…:

La energía eléctrica es una de las tantas manifestaciones de la energía y de los posibles modos que el ser humano, a través de la técnica, la tecnología y ciertos procesos asociados, ha conseguido para su utilización en pos de satisfacer sus necesidades.

Existe un principio general asociado a la física que establece que la energía no se pierde: no existe la “desaparición” de la energía, sino que la misma se transforma en otros tipos de energía.

Este principio es aplicable a la energía en sus múltiples manifestaciones en la naturaleza como, así también, para aquellas formas de energía que el hombre ha podido descubrir. Por caso, la energía eléctrica descubierta hace muy poco tiempo (si pensamos en el desarrollo de la humanidad a través de los siglos) en el siglo XIX. Ésta energía tiene ciertas particularidades: no se ve, pero se puede medir y sólo es útil a partir de los efectos que produce por la circulación en los denominados circuitos (un motor, una lámpara, una plancha, el cargador de un celular o una computadora….)

El hombre utiliza la energía eléctrica en pos de desarrollar los procesos industriales, las necesidades de iluminación, calefacción, uso de diferentes elementos hogareños, etc.

Hasta es posible pensar que el uso de la energía eléctrica, desde su descubrimiento y hasta nuestra época, se hace imprescindible. Nadie podría imaginarse un mundo sin lo que la energía eléctrica hoy permite.
Pues bien… Cómo se genera la energía eléctrica…? A través de la transformación de alguna energía disponible para el hombre en la naturaleza.

Algunos ejemplos… Es posible obtenerla de la energía solar (los rayos solares y la intensidad de los mismos), de la energía eólica (el viento, cuando se dispone de forma permanente y a una velocidad determinada), de la energía mareomotriz (disponible en las olas, con su incesante movimiento), de la energía geotérmica (a través del calor disponible en las profundidades de la tierra), y la lista podría continuar…

Pero vamos a detenernos puntualmente en un tipo de energía, la denominada hidráulica, que posibilita obtener la energía eléctrica para el uso al que nos hemos acostumbrado. Así es como suele llamarse a las centrales (grandes obras con equipamiento y tecnología apropiada) hidroeléctricas.

Pero qué es la energía hidráulica…? Es la energía disponible en la naturaleza por la existencia de ríos cuyas aguas se desplazan de las grandes alturas a los llanos o de los lagos y sus almacenamientos.

Asimismo, se denomina energía cinética (de movimiento) a la del agua en movimiento de los ríos y energía potencial (presente, pero no utilizable) a la de los lagos.

De ésta manera el hombre pudo desarrollar su capacidad ingenieril en pos de utilizar esas energías indicadas.

Ahora pensemos en una central hidroeléctrica. Qué es…? Cómo funciona…?

En principio, y acudiendo a las denominaciones anteriores, se trata muy básicamente de emplazamiento físico (denominado represa) que posibilita almacenar agua del río, lo que constituye en sí mismo una gran barrera que limitará el paso del agua para poder disponer de la misma. Cuanta más cantidad de agua se almacene, mayor energía potencial habrá disponible.

El primer paso está dado: hay una energía disponible para su uso…

Para ello es necesario disponer, además, de elementos mecánicos que posibiliten transformar ésa energía potencial acumulada. Se construyen grandes tuberías que posibilitarán que el agua acumulada fluya, a través de compuertas, hacia turbinas que se encuentran varios metros por debajo del nivel del lago (los Ingenieros Hidráulicos realizaran los cálculos correspondientes…). Así la energía potencial disponible en el lago se transformará en energía cinética del agua en movimiento por las tuberías pero con una particularidad: se las usa cuando se lo requiere, cuando sea preciso generar energía eléctrica. Las compuertas cumplirán su cometido…

El agua que “baja” desde el lago circulará por las turbinas (una máquina mecánica de movimiento circular similar al tambor de un lavarropas), generando un movimiento de la misma. Sin agua circulando no hay movimiento de la turbina.

Detengámonos acá… Repasemos: la energía potencial del agua acumulada en el lago se transforma en energía cinética por el movimiento de la misma, la que genera el movimiento de rotación de la turbina. Diversas transformaciones de la energía…

La turbina gira, como un gran lavarropas… Y ese movimiento circular, a través de la interacción de campos magnéticos producto de fenómenos físicos que el hombre ha sabido capitalizar, genera energía eléctrica que debe extraerse a medida que la misma se produce.

Esa energía eléctrica, cuya explicación se encuentra muy resumida en los párrafos anteriores, se trasladará “invisiblemente” a través de los sistemas de líneas aéreas a los centros de consumos de la misma.

Aplicando el concepto primaro de transformación de energía, la energía eléctrica se produce cuando es necesario consumir y se transformará inexorablemente: calor en una plancha, frío en una heladera, movimiento de un motor, iluminación de una lámpara.

La energía eléctrica, al igual que las pulsiones, es invisible. No pueden verse sino a través de sus efectos (luz, calor, etc.).

El inconsciente es una fuente inagotable de energía. Una energía pulsional que, al igual que la energía eléctrica, fluye para descargarse y transformarse en otra cosa. Como toda energía, la energía pulsional nunca se pierde y respeta el principio de transformación.

Tanto en Freud como en Lacan se encuentra presente la noción de economía en el desarrollo del concepto de pulsión, pensado como una redistribución con suma constante: para Freud la excitación que fluye por las neuronas es constante.

La pulsión actúa como fuerza constante, siempre presente en el sujeto. Al igual que la energía eléctrica siempre presente en los objetos u artefactos (lámparas, motores, planchas, estufas, etc.) que requieren de su consumo. Si desconectáramos dichos objetos, la energía eléctrica no estaría presente, dado que su presencia sólo es real y efectiva por los efectos que genera (iluminación, movimiento, calor, etc.).

Si, por ejemplo, procediéramos a desconectar la totalidad de los objetos o artefactos  de una vivienda familiar nos encontraríamos que la energía eléctrica ya no estaría presente.

Un artefacto de consumo de energía eléctrico se regiría, podemos decir, por lo que podríamos llamar “principio de consumo”. El sólo consumo da “vida” a los objetos indicados, cuya verdadera existencia y uso destinado a la satisfacción de necesidades del sujeto, se enlaza con el desarrollo biológico del sistema nervioso central: las pulsiones de vida al servicio del desarrollo de la humanidad.

Y qué podemos decir de la pulsión presente en el sujeto…? De qué manera es posible articular conceptualmente la comparación con la energía eléctrica…?

Pues bien… La desconexión del sujeto, al igual que la de los objetos necesitados de la energía eléctrica para “justificar” su existencia, sería la muerte.

Un sujeto muerto es un sujeto sin pulsión… Un artefacto desconectado es un objeto “muerto”…. Un artefacto de consumo de energía eléctrico se regiría, podemos decir, por lo que podríamos llamar principio de consumo.

 

La pulsión y una posible articulación con la energía eléctrica:

Así como se definieron en los primeros párrafos los términos usados en relación al concepto de pulsión, tales términos podríamos articularlos a la concepción de la energía eléctrica.

Esto es, la fuente de energía eléctrica sería toda central de generación de energía eléctrica (hidráulica, fotovoltaica, térmica, solar, eólica…). Se ponen en juego en su interior procesos de naturaleza mecánica, física, química, etc.

La meta de la energía eléctrica podríamos definirla como la satisfacción que puede lograrse a través de la estimulación a aquellos aparatos u objetos que “adquieren” razón de ser a partir de la presencia de la energía.

Por fuerza de la energía eléctrica definiríamos a la potencia que se pone en juego. Sin esa potencia siempre presente en los circuitos eléctricos, no habría posibilidad de una real satisfacción.

En relación al objeto de la energía eléctrica, también podemos decir que el mismo es variable. Basta enumerar el listado de artefactos que el sujeto ha creado, en pos de asegurar un desarrollo sostenido que permita garantizar satisfacer las necesidades de mayor bienestar. 

 


 

 

Concepto de pulsión y goce en la enseñanza de Lacan:
Es necesario indicar que el concepto de goce, central en la enseñanza de Lacan, carece de todo antecedente en la obra freudiana. El recorrido en su conceptualización es arduo y tortuoso, superando con creces el objetivo del presente trabajo. Por ello, la idea es esbozar un acercamiento al mismo.

Pero… qué problema en Freud resuelve o retoma el concepto de goce de Lacan? Pregunta compleja de responder

Lacan comienza a utilizarlo a partir de 1953 pero de una manera, podríamos indicar, un tanto difusa y más bien como una designación de una sensación gozosa que apunta a nombrar la sensación de una satisfacción de una necesidad sexual como también satisfacción de necesidades biológicas.

Hacia los años ´60 Lacan comienza a oponer los términos placer y goce, en un esfuerzo por sistematizar la instalación de dicho concepto con nombre propio en el psicoanálisis. Plantea una relación entre placer y goce: el principio del placer, que en Freud tiene la función de disminuir las tensiones del aparato que si superan cierto umbral se convertirían en displacenteras, es un límite al goce. Es una ley que le ordena al sujeto gozar lo menos posible.

Planteará que las prohibiciones impuestas al goce son siempre transgredidas, es decir se excede el principio del placer que no alcanza en su función y se va más allá… más allá del principio del placer. El resultado de esa transgresión no es más placer sino dolor porque, como diría Freud, sólo se puede soportar cierto “monto” de placer. Más allá el placer deviene dolor, y ese placer doliente se acerca a la concepción del goce, aunque no es posible afirmar que esa es su definición más exacta.

Lo que resulta interesante de señalar es que siguiendo esa directriz se emparenta al sufrimiento. Tal como indica Lacan en el Seminario 18,  “…la estofa de todos los goces confina en el sufrimiento, incluso es así como reconocemos el paño”. De este apareamiento con el concepto freudiano, lo que resulta no es una definición directa, sino que Lacan aproxima una idea: el goce expresa la satisfacción paradójica que el sujeto tiene de su síntoma o, dicho de otro modo, el sufrimiento que deriva de su propia satisfacción incluso en el sentido de lo que con Freud podríamos ubicar en términos de ganancia primaria de la enfermedad.

La prohibición del goce, para Lacan, es inherente a la estructura simbólica del lenguaje. La entrada del sujeto en lo simbólico está condicionada por cierta renuncia inicial al goce en el complejo de castración, en el que el sujeto renuncia a sus intentos de ser el falo imaginario para la madre.

La prohibición simbólica del goce en el complejo de Edipo es entonces, paradójicamente, la prohibición de algo que ya es imposible. Esto es, funciona para mantener la ilusión neurótica de que el goce sería alcanzado si no estuviera prohibido. La prohibición misma crea el deseo de transgredirla y el goce es, fundamentalmente, transgresor.

 

Bibliografía

  • Freud, S., (1981), Proyecto de una Psicología para Neurólogos, Obras Completas, Tomo I, Biblioteca Nueva, Madrid
  • Freud, S., (1981), Los instintos y sus destinos, Obras Completas, Tomo II, Biblioteca Nueva, Madrid
  • Freud, S., (1981), Más allá del principio del placer, Obras Completas, Tomo III, Biblioteca Nueva, Madrid
  • Brodsky, G., (2014), Fundamentos 1. Comentario del Seminario 11, Cuadernos del ICdeBA, Grama, Buenos Aires
  • Muñoz, P. (2018), Goce y Pulsión, REVISTA UNIVERSITARIA DE PSICOANÁLISIS N° 18, Buenos
  • Lacan, J., (2010), Seminario 11 - Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis, Paidos, Buenos Aires
  • Lacan, J., (2009), Seminario 18 -  Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis, Paidos, Buenos Aires
  • Evans, D., (2015), Diccionario introductorio de Psicoanálisis lacaniano, Paidos, Buenos Aires