Clínica

De Eróticas Contemporáneas

De Imperio de los Sentidos al Imperio de los Sin Sexo

Por Claudia Nuñez *

I.

El imperio de los sentidos,  es una película franco- japonesa de 1976  dirigida por Nagisa Oshima  que narra, de manera sexualmente explícita, un hecho ocurrido en la realidad en Japón, en la década de 1930. Fue una película que generó una gran controversia en su estreno. Aunque la intención del director fue darle una distribución comercial muy amplia, las escenas de sexo explícito entre los actores principales (Tatsuya Fuji y Eiko Matsuda) generaron una censura que, al menos en Japón, sigue vigente en la actualidad (la película sí se exhibe, pero con escenas cortadas).

El título en japonés Ai no korîda nos remite a las fuentes intelectuales que influyeron sobre Nagisa Oshima en esa época – en particular los escritores franceses Michele Leiris   y  Georges Battaille. El título en francés L'Empire des sens (El imperio de los sentidos) es una ironía derivada de la del libro L'Empire des signes (El imperio de los signos, Roland Barthes, 1970), acerca del Japón.

La historia transcurre en 1936 en Tokio, cuenta la historia de Sada Abe (Matsuda), ex prostituta, que ahora trabaja como parte de la servidumbre de un hotel. Conoce allí al propietario del hotel, Kichizo Ishida, casado con la ama y muy activo sexualmente,  ambos se hacen amantes de una manera tan intensa que buscan experimentar tanto en lo sexual como en el consumo de bebidas alcohólicas, como en muchas otras autocomplacencias.

Las estrictas leyes de censura en Japón no habrían permitido la finalización de la producción de la película, considerando la postura estética del director. Para superar estas dificultades, la producción se registró oficialmente como francesa, y el material filmado terminaría por ser procesado y editado en Francia. En su estreno en Japón (y en todas las ediciones generadas a partir de entonces), las escenas sexuales se han censurado.

Por otra parte, de mayor actualidad, el documental El imperio de los sin sexo revela que Japón es el país con el récord en abstinencia sexual. Según el Instituto Nacional de Sexología Japonés, existe un grupo poblacional denominado “los sin sexo”, que mantienen relaciones menos de una vez al mes.  La terapeuta Mayumi Futamatsu, quien aparece en el documental, explica que el 60% y 70% de las parejas de más de 40 años no mantiene relaciones sexuales. Para ello usa el cansancio, debido a la agitada vida japonesa, como la excusa más recurrente.  Esto es debido a que más de la mitad de los jóvenes nipones no están casados. El 49% de las mujeres solteras y el 61% de los hombres solteros entre 18 y 34 años no tienen ninguna relación, mientras que más del 30% de japoneses (hombres y mujeres) entre las mismas edades nunca han tenido sexo. Asimismo,  el 45% de las mujeres y el 25% de los hombres entre 16 y 24 años no están interesados en las relaciones sexuales.

Al respecto, uno podría perderse en innumerables distinciones entre ambos film, por acordar llamarlos de ese modo, destacando  que el último, sin duda no lo es. Pero lo que sí, se  podrían destacar en primer término, son las  distancias, en principio  entre  épocas y eróticas.

 

II.

J. A. Miller, en su texto “La erótica y su tiempo [1]”. Señala  la estrecha relación que mantienen ambos términos.

Al punto  que,  uno podría preguntarse: hay erótica a condición de que hay tiempo?

La relación  tiempo y  real, son coordenadas que no tomare para extenderme en  este trabajo, pero que indefectiblemente nos llevan al Psicoanálisis y su praxis. (Tiempo de sesión, corte, sorpresa en la intervención, prisa en la interpretación, etc.)

La pregunta que como practicante del psicoanálisis, convendría quizás hacerse, es  qué lugar para el amor, en  tiempos de eróticas contemporáneas?

Sabemos que el psicoanálisis existe, a condición  del amor de transferencia. Por lo tanto, que Psicoanálisis? Un nuevo Psicoanálisis?

 

III.

En el inicio del curso El Otro que no existe y sus comités de Etica [2] de J.-A. Miller, en colaboración con E. Laurent, deja  planteada la cuestión del sin límite de goce femenino como paradigma respecto de la época actual.

E. Laurent señala allí que a Freud se le ha escapado lo concerniente al goce femenino en tanto tal, caracterizado por Lacan por su imposibilidad de localización y su condición no contabilizable, y señala su consonancia con el goce ilimitado de la época, goce que por no tener medida exige cada vez el sacrificio mismo de las condiciones de la vida y alcanza cada vez más las formas de lo insoportable. En este sentido, surge allí la expresión "feminización del mundo"[4] para interpretar lo que la época sinthomatiza.

El empuje a la feminización del mundo o bien "la aspiración contemporánea a la feminidad"[3], tal como enuncia Miller, es un modo de nombrar el empuje ilimitado de la pulsión en esta época que no cuenta con la consistencia simbólica del Otro.

La época actual, que no es la de Freud ni la de Lacan, nos obliga a un esfuerzo de lectura de los modos de presentación del goce contemporáneo, pero también obliga a encontrar otros modos de tratamiento posibles.

Esto afecta de manera directa a la práctica del psicoanálisis y de la interpretación. Es el cambio de brújula anticipado por Lacan en su tiempo, y sobre el que actualmente Miller hace hincapié.

“Hay que decir, que Lacan opero con  en el psicoanálisis, una revolución ética, diciendo que si el superyó es peligroso no es porque prohíba, sino porque empuja al crimen, empuja a gozar”. [4]

 

IV.

Nuestra época testimonia de los cuerpos marcados, fragmentados, mutilados, violentados, anoréxicos, intoxicados.

“Lo que demuestra la existencia de Dios para el sujeto moderno, es la sobredosis.

En  la ex - tasis, el sujeto experimenta la presencia del Otro. Entonces cree allí.

Sabemos a partir de la segunda teoría de las pulsiones en Freud, y con Lacan, que el sujeto prefiere su goce antes que su auto conservación y que el narcisismo no es una barrera contra la pulsión de muerte.

El sujeto puede elegir “darse la muerte” de maneras bien diversas en nuestras civilizaciones. La sobredosis no se alcanza solamente en la evidencia de los comportamientos suicidas de los toxicómanos de drogas duras. El sujeto puede matarse trabajando, elegir practicar deportes peligrosos. Puede elegir el suicidio político, hacerse bomba humana”. [5]

Como puede intervenir el analista, sobre esta tendencia tan obstinada de la pulsión?

Para que esos cuerpos -que sólo dan que hablar- hablen, es crucial el lugar del analista.

Cuerpos desanudados de lo simbólico y lo real, o falsamente anudados, o sostenidos solos.

Cuerpos mudos escritos con un goce des-localizado no cifrado por el inconsciente, para hacer hablar a los cuerpos más allá del síntoma histérico: el analista-sinthome y el analista ciudadano.

NOTAS

  1. J. A. Miller, en su texto “La erótica y su tiempo”. Ed. Tres Haches.
  2. J.-A. Miller, en colaboración con E. Laurent El Otro que no existe y sus comités de ética.
  3. idem
  4. Laurent, Eric., “Posiciones femeninas del ser”, Editorial Tres Haches, 1999.
  5. E. Laurent.”Ciudades Analíticas” .Cap3 La Aurora del  Síntoma. Ed. Tres Haches. 2004.

* Analista practicante asociada a la EOL – La Plata