Entrevistas

Conversación con Vilma Coccoz

Por Librería Muga

Invitamos a conversar a Vilma Coccoz en librería Muga sobre su último libro Nuevas formas de malestar en la cultura,que publicará en febrero de 2021, la editorial Grama de Buenos Aires.

Vilma Coccoz es psicoanalista, analista miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, y docente del Instituto del Campo Freudiano (ICF). Colabora regularmente en publicaciones especializadas como en las revistas: Letras lacanianas, L´Atelier, El Psicoanálisis, Freudiana, La Cause Freudienne, Lacaniana, Mental, etc. Es autora de diversos libros, entre los que destacan: Freud, un nuevo despertar de la humanidad(2017), Lo que Lacan sabía (2013), La Neurosis Obsesiva II. Lecciones introductorias a la Clínica Psicoanalítica (2001) además de diversas obras colectivas. Asimismo, ha compilado La práctica lacaniana en instituciones I(2014) y La práctica lacaniana en instituciones II (2017).

Vilma, gracias por aceptar esta entrevista para Librería Muga. Estamos deseando conocer mejor su última publicación en la editorial Grama. Me gustaría preguntarle: ¿cómo surge la idea de escribir este libro?
Muchas gracias a vosotros. El libro empezó a tomar forma a partir de la idea de dar a conocer algunos textos, en su mayoría siguiendo la línea de mi anterior libro Freud, un despertar de la humanidad, porque creo que el “acontecimiento Freud” como lo nombra Lacan, el descubrimiento del inconsciente en tanto acontecimiento de discurso es el más importante del siglo XX, un cambio radical de la concepción del ser humano vinculado a una práctica novedosa de la palabra como vía de resolución de los padecimientos subjetivos. El “retorno a Freud” propulsado por Lacan no consiste en una “vuelta a las fuentes”, sino que lo entiendo como una disciplina de lectura, respetando una coherencia lógica, lo cual supone un empeño argumentativo y crítico destinado a hacer avanzar el discurso analítico, por lo que dicho retorno no es posible sin la enseñanza de Lacan y la orientación de Miller.

¿Cuáles son las nuevas formas de malestar a las que se refiere en el título?
Las nuevas formas del malestar se vinculan a la conmoción de lo simbólico que estamos experimentando debido al avance de las nuevas tecnologías y a las condiciones de existencia que impone esta nueva etapa del capitalismo y se hace sentir muy especialmente en la dimensión del género, la filiación y la procreación, según lo ha formulado François Ansermet. El malestar en la infancia y la adolescencia, en el trabajo, se hacen muy patentes en sus aspectos sociales. Y, ¿cómo no?, también el malestar de los jóvenes profesionales de nuestro campo, primero por la situación de desencanto que produce la universidad, a lo que viene a sumarse la desorientación en la clínica ante el fracaso del DSM y las políticas de austeridad que están provocando una atención poco rigurosa como efecto de la masificación y de la evaluación ciega.

En su experiencia clínica, ¿cree que la “Nueva Normalidad” ha traído nuevos síntomas y otras formas de padecer psíquico a la sociedad?
Creo que la “Nueva Normalidad” acentúa los malestares que ya se experimentaban como efectos de los cambios profundos en la civilización, quizás se han hecho más patentes creando un sentimiento de desamparo más agudo debido a la incertidumbre e inquietud que se viven en todas las esferas. De todas formas, no en todos los casos se percibe un incremento del malestar, -que es evidente en el personal sanitario y en las personas mayores o muy vulnerables- he podido comprobar efectos positivos sobre algunas personas. Desde el comienzo de la pandemia preferí la opción de sesiones telefónicas ante la imposibilidad de las presenciales, en muy pocos casos mantengo sesiones por skype. Aún es pronto para una valoración contrastada, pero aunque siempre debemos tener en cuenta la necesaria consideración del caso por caso, se verifican ciertos avances que Lacan consideraba como una posible salida del discurso capitalista, lo cual, precisaba, no será un progreso si es sólo para unos pocos. La limitación de la vida social y la inhibición forzosa del consumo ha dejado lugar a un vacío que revierte en el cuestionamiento de lo que realmente es importante para cada uno, la pregunta “¿dónde encontrar la auténtica satisfacción?” que puede traducirse en un rescate del deseo. También, si encuentran buenas respuestas por parte de los adultos de referencia, el hartazgo que manifiestan los niños y jóvenes con las pantallas unido a la vivencia de soledad y apatía que resienten, puede constituir un acicate importante para la valoración y reestructuración de los lazos, contribuyendo al impulso de las experiencias colectivas.

Freud en El malestar en la cultura (1929-1930) comenta que es difícil formarse un juicio acerca de si los seres humanos se sintieron más felices y en qué medida en otras épocas ¿de qué manera están influyendo los rasgos de la cultura actual en nuestras vidas?
Cierto, no podemos formarnos un juicio acerca de la felicidad en otras épocas debido a que cada uno de nosotros es hijo de su tiempo como se suele decir, Miller lo explicaba muy bien en su texto Point de capiton, cuando se refería al carácter transindividual del inconsciente, vinculado por lo tanto, al “espíritu de la época”, la subjetividad se anuda al estado de los discursos, es decir, a la cultura, que Lacan “descuartizó” ( según su expresión) distinguiendo cuatro, si bien coloca el discurso científico aparte, por su incidencia en la producción de lo real. ¿Qué respuesta dan los demás, que son interpretaciones, modos de lazo social a las novedades que aporta el discurso científico y su plasmación en las nuevas tecnologías? El psicoanalista, según Lacan, “debe hacer frente a lo real”.

¿En qué se diferencia este libro de sus anteriores publicaciones?
Por una parte, aunque siempre me he interesado por la práctica institucional, en esta oportunidad he realizado un esfuerzo mayor por dar a conocer la labor que los analistas llevan a cabo para cumplir con ese designio lacaniano, en las distintas formas de hacer frente a lo real, a través de respuestas originales, creativas, inventando dispositivos de atención de lo más diverso a fin de responder a los malestares subjetivos. Y también hice un esfuerzo añadido por transmitir el discurso analítico “por fuera de la parroquia”, incluso he agregado un pequeño glosario. Considero un gran privilegio haberme formado en la orientación lacaniana, y es para mí un deber y una alegría poder transmitirlo a los demás.

Muchas gracias, Vilma, por compartir con nosotros de forma tan generosa sus reflexiones sobre este libro.