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"Historia de un Matrimonio" (de Noah Baumbach - 2019). En Netflix.

Por Miguel Lopez

"Marriage Story" es una película montada a partir de un elenco de estrellas rescatadas de incursiones más o menos poco felices en el universo Marvel o Star Wars. Scarlett Johanson (Nicole) nos brinda una actuación sobresaliente, más que bien acompañada por Adam Driver (Charlie) y la "David Lynch's girl" Laura Dern, como siempre estupenda.

Charlie y Nicole conforman una pareja que atraviesa un proceso de separación, el cual desembocará en un divorcio montado sobre una furia que confirma el neologismo lacaniano del "odioamoramiento". El odio que se desencadena entre ambos, con la coartada de la ciudad de residencia y el tiempo a compartir con el hijo de ambos, es al mismo tiempo tanto disparado como luego regulado desde el discurso jurídico, en una resolución que me permito hipotetizar más propia del modo en que el amor entre ellos termina encauzado y no tanto por las "bondades" del capitalismo judicial norteamericano.

De la historia me interesa rescatar dos cuestiones. Por un lado, la actualidad del planteo de Lacan del seminario XX, donde ubica al amor en una relación con el inconsciente y con el reconocimiento; es en esto segundo donde se dirigen las demandas de Nicole y donde se puede ubicar el punto de ruptura. El amor es una relación entre dos inconscientes, pero es en el carácter enigmático del reconocimiento donde Charlie queda forcluido respecto a Nicole. Si el amor y el síntoma son las suplencias que permiten darle una existencia a lo imposible entre un hombre y una mujer, el no reconocimiento de lo sintomático en Nicole precipita el desenlace. Egoísta y egocéntrico, insistirá ella, ubicando un punto estragante de él respecto a un encauce posible de su "ser actriz". Y en Charlie justamente nada de esto ocurre, no sin efectos para él.

Un punto original de la historia es que en el hombre no se presenta la clásica disyunción de partenaire de goce y partenaire de deseo. La efímera presencia de otra mujer se reduce para Charlie en alguien con quien él "se ríe".

"Personalmente yo pienso con mis pies", dijo una vez Lacan. En una de las escenas más trascendentes de la película Charlie termina a los pies de Nicole, abatido, tomado por el llanto, como asumiendo que el no reconocimiento de lo sintomático en Nicole precipitaba un final sin retorno. Al final de la historia será ella quien termine a sus pies, pero en otra vertiente, en una muestra de un cuidado que es una faceta distinta del amor que Nicole ahora se permite brindar a un Charlie padre de su hijo; todo una vez que ella haya resuelto lo referido a un partenaire que esta vez sí la reconozca y algo de su ser actriz ahora se pueda canalizar.