Homenaje a Sigmud Freud

Sigmund Freud murió un 23 de septiembre de 1939.

Tenía 83 años y estaba terriblemente enfermo con un cáncer prolongado, doloroso y que lo debilitaba lentamente.  No hacía mucho que había escapado de la persecución nazi en Viena, su amada casa de toda la vida.

Tomó la mano de su amigo, colega y médico personal y pidió que lo medicaran para morir.

Había compuesto suficiente prosa hermosa como para ganar el Premio Goethe y llenar 24 volúmenes con su colección y bastante fascinante obra psicoanalítica.

Había escrito 30.000 cartas personales en un alemán fluido a mano llena de amor, dolor, consuelo, explicación, celos, súplicas y desesperación a Martha, Wilhelm, Carl, Stefan, su hermano, sus hermanas, su cuñada, las madres de jóvenes homosexuales, editores de Time and Tide, Marie Bonaparte y Lou Andreas-Salomé. Ernest Jones más tarde declararía que sus cartas eran parte de la gran literatura de amor del mundo.

Se enamoró y desenamoró más veces de las que escribió, quizás se afligió por algunos asuntos más de lo que es posible escribir, pero en las palabras que nos dejó tenemos mucho.

Nos dejó el psicoanálisis. Lo tenemos.