Clínica

"Las horas"*

Por Ana Preiti

Toda la historia transcurre en un mismo día y se trata de 3 mujeres en diferentes épocas y generaciones.

Las tres historias se conectan por la novela "Mrs. Dalloway", escrita por Virginia Woolf en 1925; la película transcurre mientras ella escribe la novela.

Julianne Moore encarna una mujer (Laura Brown) agobiada por la vida que lleva y que lee dicha novela en 1951. El día del cumpleaños de su marido se entera que una vecina, a quien ama secretamente, está enferma y puede morir. Intenta suicidarse, pero desiste de esa idea y abandona a su familia luego de nacer la niña que esperaba.

Meryl Streep interpreta a Clarissa Vaughan, una editora de Nueva York, diríamos una Mrs. Dalloway contemporánea, quien cuida de un amigo escritor con quien tuvo un romance en su juventud y quien es el hijo de Laura Brown.

La película nos permite situar algo acerca de la Singularidad de lo Femenino,

En esta se muestra a tres mujeres y tres formas de posicionarse ante la vida, el amor y la muerte. De la misma manera en que el Psicoanálisis y la Clínica Psicoanalítica nos muestra que no hay una única manera de ser mujer.

Lacan con una de sus enigmáticas fórmulas dirá "La mujer no existe" justamente por esto, porque no hay una manera de nombrar a la mujer sino es "una por una". Por lo tanto, también Lacan dirá que además de compartir la lógica universal fálica, la mujer responde a otra lógica que es la lógica del no-todo fálico, es la lógica propia de su posición femenina.

Así pues, no hay un modo de ser mujer si no es a través de sus modos de presentarse, que pueden ser infinitos. Así estas mujeres de la película se presentan cada una de un modo distinto.

Aparecen pasado, presente y futuro casi simultáneos, El punto de referencia de la película es el libro de Virginia Wolf "La señora Dalloway", que es el nexo de las tres historias.

La película podría ser analizada desde muchos puntos de vista diferentes, tomaré algunos ejes para poder pensar desde el psicoanálisis el tema de "Lo femenino y el amor"

Es en la singularidad en la que nos apoyamos los psicoanalistas, en esa subjetividad que hace que cada uno sienta, viva y sufra de una manera única. Así aparecen algunas cuestiones sobre la posición subjetiva ante la vida y ante el propio goce de cada una de estas tres mujeres.

Cabe aclarar que cuando hablamos de feminidad en psicoanálisis nos referimos a una posición subjetiva, que no está determinada por la anatomía ni la genética, sino por la sucesión de acontecimientos de una vida, de cada vida.

Las tres reflexionan sobre ese paso del tiempo y las cosa hechas, las no hechas, y las que sí se pueden hacer a pesar de los ideales, las dudas, las responsabilidades y los compromisos.

También se puede pensar la película como un modo donde lo que emerge es el descubrimiento del propio deseo y las trabas que cada uno, sin saber, antepone para no encontrarse con él. El compromiso que cada uno pueda asumir respecto de él mismo, posibilita que de manera más consciente uno sea responsable de su propio destino.

Esto lo vemos cuando Laura (Julianne Moore), con la lectura de la novela, busca, encuentra y elige que ella no quiere ser una Sra. Dalloway, que sería lo que ella llama la muerte. Elige la vida, aunque hubiese querido encontrar la satisfacción en esa vida que cumple con los ideales burgueses, sociales y también fálicos que la sostenían como el ser esposa, tener una casa, hijos, una vida normal. Pero elige la vida, su vida, a pesar de todo lo que pierde; no elige la maternidad, lo que hace que la veamos como un monstruo, en palabras de Clarissa (M. Streep).

¿Podemos enjuiciarla, por no responder a lo que se espera de una mujer? Eso nos permite abordar desde el Psicoanálisis que no hay una única salida para poder ser mujer.

Virginia Wolf (Nicole Kidman), escribe la "Mrs. Dalloway" en 1925. Y es ella quien nos muestra que a pesar de su terrible novela familiar y de su enfermedad, consigue justamente no atarse a lo que la sociedad y los ideales paternos le exigen.

Consigue liberarse de esa opresión a la que estaba sujeta como tantas mujeres predestinadas en esa época. La escritura la salva de su propia enfermedad, pero también la salva de su destino, le permite ser ella quién elige cómo vivir y también cómo morir en un acto de extrema responsabilidad sobre su ser.

Denuncia a través de su literatura la opresión y frustración de la mujer de su época. Así como también la soledad del hombre y de la mujer delimitados por los roles sociales.

Virginia Wolf se casa con un editor, Leonard, con quien rápidamente pasará a tener una vida familiar de tipo fraternal, de lo cual Lacan darán cuenta cuando plantea el desencuentro como estructura entre el hombre y la mujer, tirando por tierra el concepto de que uno completa al otro, "ya que cada uno es Uno en sí mismo". Lacan utiliza la frase "no hay relación sexual" justamente por la aspiración imposible a ser Uno, aunque a veces lo parezca gracias al amor como suplencia del "No hay relación sexual".

Esto es lo que vemos en cada pareja de la película: Virginia Wolf y Leonard, Laura y su marido, Clarissa y Richard. La incomprensión mutua es estructural.

Virginia Wolf muestra el rechazo al papel de la mujer en la época Victoriana de extremo moralismo y puritanismo que le tocó vivir en la cual el papel de la mujer se reducía al ideal de "buena esposa, buena ama de casa y buena madre".

Clarissa Vaughan (Melyl Strep) elige esa vida de abnegación y superficialidad, en la que hace cosas triviales, superfluas, para no enterarse de lo que está haciendo de su vida. Tal como le dice su amigo Richard, quien en el momento del primer encuentro la llamó Señora Dalloway como la misma protagonista de la novela, que se ocupa de lo mismo que ella, elige quedarse de manera abnegada respondiendo al deseo, a los mandatos, a las necesidades de Richard, que en su posición de víctima la esclaviza.

Respondiendo casi como una madre, ella no se va. No es capaz de abandonarlo como sí hizo su madre, para estar en el lugar del objeto que lo completa a él, pero en el fondo para no ocuparse de su pareja, de su vida y para no enterarse de su deseo.

Casi como en un análisis, las palabras de Louis (ex pareja de Richard) van a tener un efecto liberador, " cuando pude dejarlo empecé a vivir". Es decir, es posible salir de las ataduras del propio fantasma. Y es a partir de este momento cuando Clarissa comienza su andadura como mujer, haciéndose cargo de su deseo y dejando de estar al servicio del otro.

Laura Brown (Julianne Moore) madre de familia, embarazada de su segundo hijo, vive con su hijo Richard y su marido en California, después de la 2º Guerra Mundial. Vive de una manera infeliz su matrimonio y su maternidad hasta que logra deshacerse de esa realidad y va en busca de otra vida de la que no sabemos nada, pero es la que ella elige. Podemos estar de acuerdo o no, pero es la que ella elige después de tanta angustia y desesperanza.

Mientras lee "Mrs. Dalloway" se cuestiona toda su vida, ante la atenta y sensible mirada de su pequeño hijo Richard (quien parece saber acerca de la crisis por la que atraviesa su madre), y decide hacer un cambio en su vida. A pesar de la aparente felicidad que envuelve su mundo, no se siente libre. Se debate entre seguir con su familia o abandonarla.

Para Laura la maternidad está lejos de ser la solución a su enigma. "Me hubiese gustado querer esa vida", dice el texto, pero no lo ha conseguido: se casó con Dan, "porque se sentía culpable, porque tenía miedo de estar sola, porque él venía de la guerra". "Simplemente era demasiado bueno, demasiado gentil, demasiado intenso, olía demasiado bien para no casarse con él".

Hizo lo que hacen muchas mujeres, buscó las respuestas en un hombre, una casa, un hijo.

Sin embargo, hay a quienes les viene bien; aunque no a Laura Brown, quien le dirá a Clarissa: "abandoné a mis dos niños, dicen que es lo peor que una madre puede hacer…, hubiera sido maravilloso poder decir lo siento, pero no veía otra opción. "Era la muerte y elegí la vida"

Cuando la mujer se orienta por la lógica fálica encuentra un lugar seguro, su matrimonio, el trabajo, la maternidad, pero si se suelta de estos ideales, es el desconocimiento que ella misma tiene de su propio interior lo que la vuelve temerosa a lo que puede encontrar. Si se suelta de su función de esposa-madre se encuentra con el enigma de qué es ser una mujer.

Quisiera destacar también las palabras de la vecina de Laura, en el momento que se va a despedir ya que tiene que ser intervenida quirúrgicamente: "No pude ser madre por lo cual no termine de ser una mujer".

He aquí tres posiciones diferentes ante la vida, ante el amor y ante la muerte, pero fundamentalmente ante el goce femenino. Son tres maneras diferentes de responsabilizarse de la propia vida.

* Película
Género: Dramático
Año: 2002
Director: Stephen Daldry
Ganadora de los premios Oscar y Globo de Oro a la mejor actriz (Nicole Kidman)
Adaptación de la novela escrita por Michael Cunningham en 1998 y Ganadora del premio Pulitzer